“Heme aquí; envíame a mí”
Isa. 6:8.
Un estudio de los profetas ha de enriquecer la vida del que se aplique al aprendizaje de sus enseñanzas.
Un entendimiento de las enseñanzas concernientes a Israel y a Judá, a las naciones de aquel tiempo, y al Mesías venidero, ha de aumentar la fe del que traza el cumplimiento de esas predicciones en la historia y en el Nuevo Pacto. Un entendimiento de las corrupciones religiosas, políticas, sociales y morales que confrontaron los profetas de aquel tiempo, y de la manera en que ellos hicieron frente a esas condiciones, ha de dar ánimo a los fieles del Señor de hoy. Las consecuencias de la desobediencia de Israel y un entendimiento de los principios con que Dios trató aquella desobediencia, ayudarán a uno a discernir mejor las señales del tiempo. La lectura del periódico, de las revistas seculares, y la escucha de las noticias de eventos de hoy, tomarán un nuevo significado para uno. Esto no quiere decir que en los profetas Dios haya predicho algún evento específico de hoy, o de algún individuo o alguna nación de hoy, sino que la fe de uno se afianzará en la inmutabilidad de Dios y en que Dios actuará hoy según sus mismos principios.
Así es que nos acercamos a este estudio con el fin de aprender más acerca de Dios y de sus métodos de tratar a su pueblo en pecado, y a las naciones pecaminosas del mundo.